Salmos: Para la enfermedad y/o la mala salud:

Para la enfermedad y/o la mala salud:


Salmos 35; 38.


SALMO 35 (34)


Yo soy tu salvación
35:1 De David.


Pedido de auxilio contra los perseguidores
Combate, Señor, a los que me atacan,
pelea contra los que me hacen la guerra.
35:2 Toma el escudo y el broquel,
levántate y ven en mi ayuda;
35:3 empuña la lanza y la jabalina
para enfrentar a mis perseguidores;
dime: "Yo soy tu salvación".
35:4 Que sufran una derrota humillante
los que intentan quitarme la vida;
que vuelvan la espalda confundidos
los que traman mi perdición.
35:5 Que sean como la paja ante el viento,
mientras el Ángel del Señor los arrastra;
35:6 que su camino sea oscuro y resbaladizo,
mientras el Ángel del Señor los persigue.
35:7 Porque me tendieron sus redes sin motivo
y me cavaron una fosa mortal:
35:8 ¡que los sorprenda un desastre imprevisto;
que sean atrapados por sus propias redes,
y caigan en la fosa que ellos mismos cavaron!
35:9 Pero yo me alegraré en el Señor,
me regocijaré por su victoria;
35:10 todo mi ser proclamará:
"Señor, no hay nadie igual a ti;
tú libras al débil de las manos del más fuerte,
y al pobre, de aquel que lo despoja".


La ingratitud de los perseguidores


35:11 Se presentan contra mí testigos falsos;
me piden cuenta de cosas que ignoro;
35:12 me devuelven mal por bien,
dejando mi alma desolada.
35:13 Yo, en cambio, cuando ellos estaban enfermos,
me cubría con ropas de penitente,
afligía mi alma con ayunos
y oraba con la cabeza inclinada.
35:14 Ellos eran para mí como un amigo o un hermano,
y yo andaba triste y abatido,
como quien llora la muerte de su madre.
35:15 Pero cuando tropecé ellos se alegraron,
se juntaron todos contra mí
y me golpearon sorpresivamente;
me desgarraban sin cesar,
35:16 se burlaban de mí con crueldad
y rechinaban contra mí sus dientes.


Apelación a la justicia de Dios


35:17 Señor, ¿cuánto tiempo vas a tolerarlo?
Líbrame de los animales rugientes,
salva mi vida de los leones;
35:18 y te daré gracias en la gran asamblea,
te alabaré en medio de una multitud.
35:19 ¡Que no canten victoria
mis enemigos traicioneros,
ni se guiñen el ojo los que me odian sin motivo!
35:20 Ellos no hablan de paz,
sino que atacan a los oprimidos de la tierra;
traman planes engañosos
35:21 y se ríen de mí a carcajadas, diciendo:
"Lo hemos visto con nuestros propios ojos".
35:22 Tú también lo has visto, Señor, no te calles;
no te quedes lejos de mí, Señor:
35:23 ¡despiértate, levántate, Dios mío,
Señor mío, defiende mi causa!
35:24 Júzgame según tu justicia, Señor:
Dios mío, que no canten victoria sobre mí;
35:25 que no piensen: "Se cumplió nuestro deseo",
ni digan: "Lo hemos devorado".
35:26 Que sufran una derrota humillante
los que se alegran de mi desgracia;
que se cubran de confusión y de vergüenza
los que se envalentonan contra mí.
35:27 Canten, en cambio, y alégrense,
los que desean mi triunfo;
los que desean mi felicidad, repitan siempre:
"¡Qué grande es el Señor!"
35:28 Entonces mi lengua pregonará tu justicia,
y cada día proclamaré tu alabanza.



SALMO 38 (37)


En ti, Señor, pongo mi esperanza
38:1 Salmo de David. En memoria.


Intensidad de los sufrimientos

38:2 Señor, no me reprendas por tu enojo
ni me castigues por tu indignación.
38:3 Porque me han traspasado tus flechas
y tu brazo se descargó sobre mí:
38:4 no hay parte sana en mi carne,
a causa de tu furor.
No hay nada intacto en mis huesos,
a causa de mis pecados;
38:5 me siento ahogado por mis culpas:
son como un peso que supera mis fuerzas.
38:6 Mis heridas hieden y supuran,
a causa de mi insensatez;
38:7 estoy agobiado, decaído hasta el extremo,
y ando triste todo el día.
38:8 Siento un ardor en mis entrañas,
y no hay parte sana en mi carne;
38:9 estoy agotado, deshecho totalmente,
y rujo con más fuerza que un león.
38:10 Tú, Señor, conoces todos mis deseos,
y no se te ocultan mis gemidos:
38:11 mi corazón palpita, se me acaban las fuerzas,
y me falta hasta la luz de mis ojos.
38:12 Mis amigos y vecinos se apartan de mis llagas,
mis parientes se mantienen a distancia;
38:13 los que atentan contra mí me tienden lazos,
y los que buscan mi ruina me amenazan de muerte;
todo el día proyectan engaños.


Paciencia y confianza en medio del dolor

38:14 Pero yo, como un sordo, no escucho;
como un mudo, no abro la boca:
38:15 me parezco a uno que no oye
y no tiene nada que replicar.
38:16 Yo espero en ti, Señor:
tú me responderás, Señor, Dios mío.
38:17 Sólo te pido que no se rían de mí,
ni se aprovechen cuando tropiecen mis pies.
38:18 Porque estoy a punto de caer
y el dolor no se aparta de mí:
38:19 sí, yo confieso mi culpa
y estoy lleno de pesar por mi pecado.
38:20 Mi enemigos mortales son fuertes;
y son muchos los que me odian sin motivo,
38:21 los que me retribuyen con maldades
y me atacan porque busco el bien.
38:22 Pero tú, Señor, no me abandones,
Dios mío, no te quedes lejos de mí;
38:23 ¡apresúrate a venir en mi ayuda,
mi Señor, mi salvador!

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